Fiesta Diocesana del Cuerpo y Sangre de Cristo

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El pasado jueves 23 de mBajo el lema “Eucaristía, fuente y culmen de la sinodalidad” celebramos la Fiesta Diocesana del Cuerpo y Sangre de Cristo con una misa y procesión en las instalaciones del Colegio Marín.
El Obispo Oscar Ojea presidió la celebración eucarística que fue concelebrada por el Obispo coadjutor Guillermo Caride, el Obispo auxiliar Raúl Pizarro, el Obispo emérito Jorge Casaretto y sacerdotes presentes.
La ceremonia comenzó con el ingreso de la imagen de la Virgen de Luján que llegó en procesión desde la parroquia Nuestra Señora de Luján de Villa Adelina, acompañada por un grupo de jóvenes.
Ojea en su homilía expresó: “El mensaje de Jesús es Él, es don, Él se parte, Él se entrega, Él se deja comer por nosotros. El Señor se transforma en ese pancito entregándonos la vida, significando que ha querido partir su vida, se ha hecho miga, se ha hecho miga por nosotros” y agregó: ” El pan se parte con hermanos y hermanas que son distintos a mí, y con quienes aprendo a compartir. La Eucaristía es la fuente de la sinodalidad. Nosotros vamos creando este estilo que nos ha pedido el Santo Padre para la Iglesia, este caminar juntos, y en este caminar juntos vamos respetando nuestros pensamientos, nuestros criterios, y respetando sobre todo la corresponsabilidad para poder vivir en la iglesia todos, donde hay lugar para todos, participamos todos, comemos el único pan y el espíritu que hace un solo cuerpo de nosotros, va ayudándonos a hacer la armonía”.
Luego, haciendo referencia a la Colecta Anual de Cáritas que se desarrollará el próximo 8 y 9 de junio, dijo: “Cuando nosotros comemos el pan, el pan de Dios, el pan de vida, se ahonda en nosotros la caridad y la solidaridad, especialmente con aquellos hermanos que carecen de alimento.”. Y para ayudar a preparar la actitud interior para la colecta, compartió un texto del Papa Benedicto XVI del año 2007 que en la celebración de Corpus Christi decía: “La Eucaristía es escuela de caridad y de solidaridad, quien se alimenta con el pan de Cristo no puede quedar indiferente ante quién, incluso en nuestros días, carece del pan cotidiano. Muchos padres logran a duras penas encontrarlo para sí y para sus hijos. La iglesia no solo reza, danos hoy el pan de cada día, sino que, siguiendo el ejemplo del Señor se compromete de todas las maneras posibles con innumerables iniciativas de promoción humana, lo imprescindible para que a nadie le falte lo necesario para vivir”.
El Obispo finalizó diciendo: “Pidámosle al Señor que este pan que comemos nos queme por dentro. Nos queme por dentro para aumentar en nosotros la caridad y la solidaridad, para no ceder ante la indiferencia, esa indiferencia globalizada que nos va ganando en el mundo en que vivimos, sino para hacerle frente, hacerle frente a hacer como una suerte de contracultura, aquellos que tenemos el privilegio de comer, el pan de vida, de ofrecerlo a los hermanos de compartirlo con los hermanos, nos compromete a este esfuerzo enorme de nuestra iglesia para que el pan pueda llegar a todas nuestras familias.
El Obispo Oscar Ojea, llevando el Santísimo Sacramento, encabezó la procesión que recorrió el gimnasio del Colegio Marín.
Al finalizar la Eucaristía, el movimiento Scout sirvió mate cocido y tortas fritas a todas las comunidades presentes.