Mensaje a los argentinos
3 octubre, 2016Reflexión de monseñor Ojea para el tiempo de Adviento
25 noviembre, 2016Hay cosas en la vida que son muy importantes para nosotros, y otras que son relativas. A veces, en el trajín cotidiano, cuando sobre todo vamos detrás de lo urgente, no siempre distinguimos lo que es realmente importante de lo que es relativo, lo que es esencial para nuestras vidas y lo que podríamos desprendernos y dejar pasar.
A veces vamos tanto tiempo detrás del urgente que confundimos lo urgente con lo esencial. Gracias a Dios, tenemos testimonios de gente que ha dedicado su vida a poder estar en contacto siempre con lo esencial, pero no para desentenderse de lo importante y de lo urgente del mundo, sino para mostrarnos a nosotros un rumbo, para que nosotros no perdemos el rumbo ni la vista, de lo que es esencial en la vida.
La vida contemplativa, vida consagrada contemplativa, Monjes y Monjas, Hermanos y Hermanas que se dedican principalmente en sus días a la oración y al trabajo, nos están diciendo en la oración y el trabajo, cómo orientar nuestras vidas hacia lo que es realmente esencial.
Damos gracias a Dios por el testimonio de estas personas que nos van recordando siempre, dónde está el final, cuál es el horizonte, hacia dónde vamos, nos muestran a Dios viviente en medio de nuestras vidas, nos muestran que lo esencial, como diría el Principito, se nos hace invisible a los ojos.
Ellos y ellas quieren ser en medio del mundo, un testimonio abierto, brillante un testimonio visible lo que es esencial para nuestras vidas.
Gracias Hermanos y Hermanas contemplativas, especialmente de la Diócesis de San Isidro, que en lo oculto, en silencio, sin que nosotros lo sepamos, están sosteniendo nuestras vidas.