Así celebramos la Fiesta diocesana del Cuerpo y la Sangre de Cristo

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Con mucha alegría y bajo el lema “Alimento que da vida” celebramos hoy la Fiesta Diocesana del Cuerpo y Sangre de Cristo.

El Obispo Oscar Ojea presidió la celebración eucarística acompañado por los Obispos auxiliares, Guillermo Caride y Raúl Pizarro, como así también por el Obispo emérito Jorge Casaretto, sacerdotes y diáconos.

La ceremonia comenzó con el ingreso de la imágen de la Virgen de Luján que llegó en procesión desde la Parroquia Nuestra Señora de Luján de Villa Adelina, acompañada por un grupo de jóvenes.

Ojea comenzó su homilía expresando que: “Cada vez que nos reunimos en esta fiesta diocesana, que coincide con la fiesta del Cuerpo y la Sangre del Señor, lo hacemos para detenernos ante este misterio que la Iglesia quiere que contemplemos, de Jesùs que quiso quedarse con nosotros” y agregó también que “El Señor ha querido entrar dentro nuestro, y ha querido que nosotros estemos dentro de Él”

En su mensaje el Obispo hizo mención del camino sinodal, y en tal sentido manifestó que “en la Diócesis hemos querido recorrer nuestro camino sinodal, hemos tenido nuestra primera reunión del Consejo sinodal diocesano, tendremos pronto la devolución de lo que allí hemos pensado para la Diócesis; queremos hacerlo como cuerpo, como una unidad en la diversidad de las funciones”.

“Nuestra fiesta diocesana coincide con la Colecta de Cáritas” expresó Ojea para luego agregar “La colecta de Cáritas tiene que ver con la manifestación de que somos cuerpo, de que nos preocupamos y de que nos importa el hermano al que le cuesta llegar durante el día, a comer, por la razón que sea”.
Hacia el final de su mensaje Ojea dijo que: “Que ese cuerpo de Cristo, que nos toma totalmente, nos comprometa de verdad a vivir unidos en el cuerpo ensamblado, armónico, en un cuerpo en el que a cada miembro le importa el otro, porque cuando un miembro sufre, todos sufren con él”, y que podamos comer con dignidad el cuerpo de Jesús; que cuando digamos el “amén”, lo digamos de un modo hondo, rotundo”.

El Obispo Oscar Ojea, llevando el Santísimo Sacramento, encabezó luego, la procesión que con oraciones y cantos recorrió el gimnasio del Colegio Marín.

Ya finalizada la celebración litúrgica, el Obispo encomendó la diócesis a la Virgen de Luján y con la intención particular de que acompañe a Rodrigo Martínez quién asumirá el próximo 14 de junio, como Vicario para las obras diocesanas y Director General de Gestión, marcando así la primera vez que se le otorga título de vicario a un laico, signo del espíritu sinodal, que destaca la necesidad de que los laicos y las laicas sean protagonistas de la vida pastoral y de la toma de decisiones en la Iglesia.

Hacia el final del festejo, el movimiento Scout sirvió mate cocido y tortas fritas mientras que el Coro Gospel de la diócesis interpretó algunas canciones.