Celebramos las Bodas de Oro sacerdotales de Mons. Ojea

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Con motivo del 50º aniversario de la ordenación sacerdotal del Obispo Oscar Ojea se celebró, una misa en acción de gracias, en la Catedral de San Isidro. 

La celebración eucarística fue presidida por el Obispo Ojea, quien comenzó su homilía agradeciendo a quienes se unieron a esta misa de acción de gracias, haciendo extensivo este sentimiento a “mis hermanos diáconos, a mis hermanos sacerdotes, a mis hermanos obispos”. 

En clave de agradecimiento del Obispo fue mencionando y recordando distintas etapas de su camino de su vocación sacerdotal, e hizo especial mención al cardenal Pironio como uno de los sacerdotes que marcó su formación, y fue Rector durante su paso por el Seminario, expresando que “cuando uno estaba con él, nada era convencional; cuando lo conocí, tenía 42 años y estaba en una enorme plenitud apostólica, contemplativa; Pironio sabía cómo transmitir la alegría de ser sacerdote”. 

Ojea continuó su mensaje remarcando la importante presencia de quienes acompañaron su ministerio sacerdotal, manifestando que “Yo no sé si yo hubiera podido caminar sin esas personas que estuvieron al lado, y que tuvieron la paciencia de escucharme, de ayudarme, de acompañarme”; el Obispo enfatizó la importancia de las comunidades en su formación diciendo que “es impresionante como el pueblo mismo forma al sacerdote, el pueblo nos ubica, dónde estar y para qué estar”, y recordó su paso por las parroquias en las que fue Párroco. 

El Obispo agradeció especialmente a monseñor Jorge Casaretto y a monseñor Miguel Ángel D’Annibale quienes lo recibieron con gran calidez en su llegada como Obispo a la Diócesis de San Isidro, e hizo extensiva su gratitud a quienes integran el Clero diocesano. 

Hacia el final de su mensaje, el Obispo agradeció a quienes estuvieron presenten en la celebración y pidió “en esta Eucaristía poder unirnos a esta oración filial de Jesús y pedirle a Él que nos enseñe a dar gracias de verdad” y a agregó que “por mi lado, tengo que darlas necesariamente pero también quiero pedirles a ustedes que me ayuden a dar gracias”. 

El Papa Francisco hizo llegar una carta para la ocasión, que fue leída durante la misa, por el Obispo auxiliar Guillermo Caride. 

Luego de la bendición de los Obispos, se proyectó un emotivo video en el que se reunieron testimonios y recuerdos, de quienes compartieron el camino sacerdotal del Obispo Ojea. 

Al culminar la celebración se invitó a los presentes a continuar festejando compartiendo una cena comunitaria en la calle lateral de la Catedral de San Isidro. 

En la celebración estuvo presente monseñor Miroslaw Adamczyk, Nuncio apostólico que representa entre nosotros al Santo Padre.