Compartimos la carta de Papa Francisco en la que señala algunos de los problemas del “mundo actual” que dificultan que los fieles sean santos: la distracción del zapping y las muchísimas ofertas, la modorra, acedia y adormecimiento en la rutina de la vida eclesial… y una dificultad clásica, de toda la vida: el demonio y sus asechanzas, a las que dedica varias páginas, y que debe ser combatido con el don del discernimiento, un don del Espíritu Santo que hoy debe pedirse más que nunca y que requiere aprender a escuchar a Dios.