Queridos hermanos, hermanas, amigos todos de la Diócesis, los invito de todo corazón a la celebración del 7 de diciembre, vísperas de la Inmaculada Concepción de María, en el Colegio Marín, a las 20.30, a la ordenación del padre Guillermo Caride.
Jesús quiso dejar que su palabra y su vida continuaran en la Iglesia, y confió a los Apóstoles, que son testigos de su resurrección, la tarea de predicar el Evangelio.
Un obispo es sucesor de los Apóstoles, es el fruto del misterio de la encarnación del Hijo de Dios, que quiere prolongarse todavía entre nosotros, y salvar a los hombres a través de otros hombres, como continuidad de la obra salvadora de Cristo, somos los hombres los depositarios del mensaje de Jesús.
Con virtudes y defectos, los obispos heredamos a los Apóstoles, y somos con ellos, testigos de la resurrección, en el sentido en que entregamos la vida por nuestro Pueblo.
Este es un modo que tiene Jesús de cuidar a la Iglesia: regalarle un nuevo obispo a nuestra Iglesia particular, a nuestra Diócesis; que nos entregue la Palabra de Dios; que en su anillo lleve la conciencia y el testimonio, de una nueva unión con la Iglesia, un nuevo vínculo con la Iglesia.
Al hacerse obispo, Guillermo se hunde más íntimamente en el misterio de la Iglesia, para entregarle plenamente su vida.
El Episcopado no es un honor, es un servicio y es una carga, por eso los espero, los invito a rezar por el padre Guillermo, para que sea pastor, hermano y amigo en medio de nosotros, sirviendo al Evangelio como Jesús.
Los espero el viernes 7, a las 20.30 en el Colegio Marín.
Queridos hermanos, hermanas, amigos todos de la Diócesis, los invito de todo corazón a la celebración del 7 de diciembre, vísperas de la Inmaculada Concepción de María, en el Colegio Marín, a las 20.30, a la ordenación del padre Guillermo Caride.
Jesús quiso dejar que su palabra y su vida continuaran en la Iglesia, y confió a los Apóstoles, que son testigos de su resurrección, la tarea de predicar el Evangelio.
Un obispo es sucesor de los Apóstoles, es el fruto del misterio de la encarnación del Hijo de Dios, que quiere prolongarse todavía entre nosotros, y salvar a los hombres a través de otros hombres, como continuidad de la obra salvadora de Cristo, somos los hombres los depositarios del mensaje de Jesús.
Con virtudes y defectos, los obispos heredamos a los Apóstoles, y somos con ellos, testigos de la resurrección, en el sentido en que entregamos la vida por nuestro Pueblo.
Este es un modo que tiene Jesús de cuidar a la Iglesia: regalarle un nuevo obispo a nuestra Iglesia particular, a nuestra Diócesis; que nos entregue la Palabra de Dios; que en su anillo lleve la conciencia y el testimonio, de una nueva unión con la Iglesia, un nuevo vínculo con la Iglesia.
Al hacerse obispo, Guillermo se hunde más íntimamente en el misterio de la Iglesia, para entregarle plenamente su vida.
El Episcopado no es un honor, es un servicio y es una carga, por eso los espero, los invito a rezar por el padre Guillermo, para que sea pastor, hermano y amigo en medio de nosotros, sirviendo al Evangelio como Jesús.
Los espero el viernes 7, a las 20.30 en el Colegio Marín.