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En el nuevo Video del Papa de diciembre, el Santo Padre habla sobre el poder de la oración para cambiar la realidad y los corazones, y pide que a través de una vida de oración podamos alimentar la relación con Jesucristo.
La oración para acercarnos al Padre
(Ciudad del Vaticano, 1 de diciembre de 2020) - El Video del Papa de diciembre, el último del 2020, acaba de salir a la luz con la intención de oración que Francisco confía a toda la Iglesia Católica a través de la Red Mundial de Oración del Papa (incluye el Movimiento Eucarístico Juvenil - MEJ). En un año marcado por la pandemia mundial del COVID-19, el Santo Padre nos comparte el secreto de la vida de Jesús, “la llave para que podamos entrar en un diálogo personal con el Padre”: la oración. A través de una vida de oración es posible vivir una relación personal y profunda con Jesucristo y cambiar nuestros corazones. La oración, escuchando a Jesús, contemplando a Jesús, hablando con él como a un amigo, transforma nuestras vidas. Es el camino para acercarnos al Padre.
La oración del Papa durante la pandemia
El Papa mismo es un hombre de oración, y El Video del Papa da testimonio de ello con imágenes tomadas de los momentos más conmovedores del 2020: la oración por la pandemia en una plaza San Pedro vacía; su peregrinación al crucifijo de San Marcelo en la Vía del Corso, en el centro de Roma; los momentos de recogimiento ante el icono bizantino de la Salus Populi Romani en la Basílica romana de Santa María la Mayor.
Jesucristo: una vida marcada por la oración
Para el Papa Francisco, la oración no se reduce únicamente a un espacio o momento de contemplación interior. “Orando cambiamos la realidad. Y cambiamos nuestros corazones”, dice en El Video del Papa. La oración siempre produce un cambio. “Podemos hacer muchas cosas, pero sin oración no funciona”, dice también. En la audiencia general del 4 de noviembre, aprovechó además para explicar la vida de oración que siempre tuvo Jesús: “Durante su vida pública, Jesús recurre constantemente a la fuerza de la oración. Los Evangelios nos muestran esto cuando se retira a lugares apartados para orar. Son observaciones sobrias y discretas, que solo nos permiten imaginar esos diálogos orantes. Sin embargo, testifican claramente que, incluso en los momentos de mayor dedicación a los pobres y enfermos, Jesús nunca descuidó su diálogo íntimo con el Padre”.
La oración como el corazón de la misión de la Iglesia
Hoy en día, la Red Mundial de Oración del Papa conecta a millones de católicos de todo el mundo, de diversos países, culturas, contextos sociales y eclesiales, a través de la oración: no sólo a través de El Video del Papa, sino también a través de la plataforma de oración Click To Pray y el Camino del Corazón, un camino de oración para la misión. El Video del Papa de este mes concluye con la invitación de Francisco a la oración, guardando silencio por unos momentos, durante la Audiencia con la Red Mundial de Oración del Papa en su 175º aniversario.
El P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, recordó la ocasión: “Fue uno de los momentos más intensos de la celebración. El Santo Padre acompañó un largo tiempo de oración, en el Aula Pablo VI, en un imponente clima de silencio y recogimiento con más de 5.000 personas. Y allí dejó bien claro que la oración y la misión de la Iglesia están indisolublemente unidas. La misión de la Iglesia está al servicio de los desafíos del mundo, y esta no es posible sin la oración. Francisco lo resumió muy sencillamente: ‘El corazón de la misión de la Iglesia es la oración’. Para muchos la oración se resume a un tiempo tranquilo de reflexión, pero para quien descubre su profundidad es la respiración del corazón. La oración nos abre al Amor, el cual tiene un rostro, Jesucristo, y nos conduce al Padre. A menudo no se ven inmediatamente sus frutos, su fecundidad. Como la semilla en la tierra, necesita tiempo… pero su fecundidad es inmensa, como dice el Evangelio: produce treinta, sesenta y hasta ciento por uno (Mc 4,20). La oración es esencial para la misión de la Iglesia. Recemos para que nuestra relación personal con Jesús se alimente siempre de la Palabra de Dios y de una vida de oración”.