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“Si soy sensible a la adversidad de mi prójimo, estoy educando para la paz”.


“El Evangelio nos habla de como tenemos que prepararnos para el encuentro definitivo con Jesús;nuestra vida está hecha para el encuentro”, comenzó expresando el Obispo Oscar Ojea en su homilía de la misa celebrada en la parroquia San Cayetano (Bancalari), en ocasión de su fiesta patronal, “y el Señor dice: “para ese encuentro tienen que estar preparados, con las lámparas encendidas; para ese encuentro tenemos que estar preparados, sirviendo a los hermanos, escuchando sus necesidades; un oído en el Evangelio, otro oído en las necesidades de los demás”, señaló Ojea.


“Esta disponibilidad para servir es la mejor educación para la paz” aseguró el Obispo, “si soy sensible a la adversidad de mi prójimo, sobre todo si son necesidades inmediatas, como por ejemplo el hambre, la ropa, el techo, entonces estoy educando para la paz” dijo Ojea para luego manifestar que “es lo primero que le pedimos a San Cayetano; es el primer regalo del Espíritu Santo, porque el Señor resucitado, como sus primeras palabras nos dice “la paz esté con ustedes”. Que San Cayetano nos traiga esa paz a nuestro barrio, a nuestra Parroquia”.


“El pan lo pedimos en el Padre Nuestro; el pan significa todo lo que el hombre necesita para vivir: el hambre de afecto; el hambre de verdad; el hambre de justicia, todo lo que hay detrás del pan” puntualizó Ojea.


Reflexionando luego sobre el trabajo, el Obispo expresó que “el trabajo hace que el pan pueda llegar a casa dignamente; el trabajo bien reconocido que nos hace dignos, porque nos asegura que formamos parte de un cuerpo, de que podemos aportar aquello que es nuestro, de que podemos dar aquello que el Señor nos dio para el bien común. Que esta sea nuestra súplica en este día”.


“El Señor nos quiere preparados, estar preparados es construir la paz cada día, y pedirla como don de Dios, y detrás de la paz están: el pan y el trabajo” y agregó que “todos necesitamos el pan para vivir, todo aquello que es indispensable para vivir: el pan de la verdad, el pan del afecto, el pan de la justicia”.


Finalizando su mensaje el Obispo recordó que “decíamos en algunos lemas de la Jornada Mundial de la paz: “Si quieres la paz, trabaja por la justicia; si quieres la paz defiende la vida: la paz se construye. El pan se lo pedimos al Señor y todo lo que está detrás de ese pan, y el trabajo que hace que el pan llegue dignamente a la mesa de cada uno de nosotros”.